Washington – Cuando Tulsi Gabbard regresó a Washington desde un sentado clandestino Con el entonces presidente de Siria, Bashar Assad, hace ocho años este mes, fue recibida con una ráfaga de críticas.
Los legisladores y los grupos de la sociedad civil castigaron a Gabbard, luego una congresista de Hawái, por su reunión con un adversario estadounidense declarado cuya administración ha sido acusada de manera creíble de crímenes de guerra y importantes abusos de los derechos humanos. Un congresista republicano incluso llamó a la reunión una “desgracia”.
En ese momento, Gabbard defendió el viaje diciendo que había ido a tratar de encontrar una resolución pacífica a un conflicto largo y sangriento. Pero los detalles de lo que discutió la pareja siguen siendo un misterio: perseguir a Gabbard hasta el día de hoy y ha asumido una nueva relevancia como rebeldes han barrido a Assad del poder Y el presidente Donald Trump la ha nominado para que sea el jefe de espías de la nación.
Gabbard solo puede permitirse perder votos de tres senadores republicanos si todos los demócratas se oponen a su nominación. Varios legisladores del Partido Republicano se han negado a decir cómo votarán. Haciéndose eco de otros republicanos, el senador Lindsey Graham le dijo a “Meet the Press” de NBC durante el fin de semana que necesitaba ver cómo Gabbard manejó su audiencia de confirmación, programada para el jueves, antes de tomar una decisión. Entre las principales preguntas que Graham quiere responder: ” ¿Vas a Siria?
Un momento clave en el período de ocho años de Gabbard en Capitol Hill, la sentada Assad también proporciona información sobre la cosmovisión del nominado y es emblemático de una enfoque poco ortodoxo e iconoclasta a la política que ha alimentado su ascenso del favorito progresivo a uno de los defensores más vocales de Trump en la campaña de 2024. Desde que llegó a Washington en 2013 como legislador demócrata que representa a Hawai, Gabbard ha replanteado rutinariamente la política exterior y los puestos de seguridad nacional que la colocaron en el lado opuesto de cada administración presidencial, incluida la de Trump.
Los legisladores de ambos partidos han dicho que la reunión de Gabbard con Assad plantea preguntas sobre el juicio y la cosmovisión de alguien aprovechado para ser el director de inteligencia nacional de Trump. Trump y sus aliados han descartado las críticas de la cara de Gabbard con Assad. “Me reuní con Putin. Me reuní con el presidente Xi de China. Me reuní con Kim Jong-un dos veces. ¿Eso significa que no puedo ser presidente? Trump dijo en NBC en diciembre, y agregó que Gabbard es una “persona muy respetada”.
Alexa Henning, una portavoz de la transición de Trump, dijo que el viaje fue aprobado por el panel de ética de la Cámara en ese momento, incluyó informes con los principales funcionarios estadounidenses y líderes del Congreso a su regreso, y ha generado muy poco interés de los senadores en las reuniones privadas del nominado en Capitol Hill.
Pero aquellos que estudian cuestiones de seguridad nacional dicen que nunca han sido como enigmática una elección para el puesto como Gabbard.
Y no se trata solo de su viaje a Siria. Entre sus posiciones más controvertidas: ha pedido que el contratista de inteligencia de perdón Edward Snowden, quien filtró numerosos programas altamente clasificados en 2013, y ha abogado por desenganchar programas clave de inteligencia clave en los que las agencias de espionaje han confiado. (Una portavoz de transición dice que ha cambiado su posición en la ley de inteligencia).
Los críticos a lo largo de los años la han acusado de Tomar posturas simpatizantes con Rusia. Y ella ha abogado contra el enjuiciamiento del fundador de WikiLeaks Julian Assangeun bête noir de las agencias de espionaje de los Estados Unidos durante más de una década que dirigió una organización que el ex director de la CIA de Trump, Mike Pompeo, llamó un “servicio de inteligencia hostil”. Assange se declaró culpable el año pasado de publicar secretos militares estadounidenses en un acuerdo con fiscales federales que aseguró su liberación, terminó su caso de alto perfil y le permitió evitar el tiempo de prisión en los Estados Unidos.
“Ella es una opción muy inusual para ser directora de inteligencia nacional”, Jamil N. Jaffer, directora ejecutiva del Instituto de Seguridad Nacional de la Universidad George Mason y ex empleado de la administración de Capitol Hill y de la administración de Bush.
“El presidente Trump ha nominado a un grupo de personas que se convierten en la corriente principal y que lo pasarán porque nadie se opondrá a ellas”, dijo Jaffer. “Luego hay algunos que te dejan rascándote la cabeza”.
Gabbard, un veterano de combate y una estrella en ascenso en el Partido Demócrata y una querida progresista, se ha desviado hacia la derecha y ha encontrado una causa común con Trump y otras figuras populistas en su órbita política.
Una de las líneas en la carrera de Gabbard es su escepticismo sobre la sabiduría de usar el poder estadounidense en el extranjero. Esa opinión ha ganado sus aplausos en ciertos círculos tanto en la izquierda progresiva como en la base de MAGA de Trump, en medio de un debate en ambas fiestas políticas sobre si Estados Unidos debería desempeñar un papel de liderazgo en los asuntos globales o parecer más interno.
Gabbard llegó al Congreso en 2013, al igual que el conflicto de Siria tomó el escenario central en la política exterior de los Estados Unidos. El conflicto surgió de los levantamientos regionales de la Primavera Árabe en 2011, pero a diferencia de algunos de los otros gobiernos autoritarios de la región, el régimen de Assad se aferró al poder con la ayuda de Irán y Rusia.
Con el tiempo, Gabbard haría la transición de cuestionar la sabiduría o legalidad de ciertos aspectos de la política de Siria de EE. UU. Para cuestionar los hechos que se presentan al público.
En 2015, Gabbard fue parte de un viaje del Congreso dirigido por el senador Tim Kaine, D-Va., A la frontera turca-siria para ver el impacto de la guerra. Como parte de ese viaje, visitaron Gaziantep, donde los civiles de Siria recibían tratamiento médico a través de la frontera en Turquía.
Mouaz Mustafa, quien es el director ejecutivo de la Fuerza de Tarea de Emergencia Siria y que se desempeñaba como traductor de Gabbard y otros miembros del Congreso en esa visita a la frontera, recordó una conversación entre la congresista y varias niñas que recibían tratamiento de Lesiones sufridas en los ataques aéreos por las fuerzas del régimen. Cuando las chicas relataron al estar heridas por aviones sirios, Gabbard cuestionó su historia, afirmó Mustafa.
“Su respuesta fue: ‘¿Cómo sabes que fueron Assad y Rusia y no ISIS?'”, Recordó Mustafa del intercambio. “Pregunta ridícula: ISIS no tiene aviones”. Henning, la portavoz de la transición de Trump, negó que ocurriera el intercambio.
Dos años más tarde, se hizo eco de dudas similares sobre la evaluación de la administración Trump de que el régimen de Assad usó gas sarín para atacar a los civiles. Un panel de los Nacionales de United y muchos otros gobiernos extranjeros llegaron a la misma conclusión. La administración Trump realizó ataques aéreos en respuesta al ataque, un ataque que Gabbard se opuso.
Ella partió en su viaje de 2017 a Siria justo antes de que Trump asumiera el cargo. Fue arreglado por dos hermanos árabes-estadounidenses, Bassam y Elias Khawam. Según las personas que conocen a los Khawams pero que no querían hablar públicamente contra otros miembros de la comunidad árabe unida y unida, son libaneses estadounidenses con una historia de activismo en los círculos políticos árabes estadounidenses, particularmente en el conflicto palestino-israelí.
Bassam también ha estado activo durante mucho tiempo en la política estadounidense. Desde 2005, ha donado más de $ 40,000 a candidatos políticos en su mayoría demócratas de acuerdo con los registros de financiamiento de campañas federales, aunque ocasionalmente ha cruzado las líneas del partido, apoyando la oferta presidencial del Partido Verde de Ralph Nader, el republicano Justin Amash para el Congreso y la campaña presidencial de Donald Trump en 2016.
Los Khawams también tienen vínculos con un movimiento político extranjero: el Partido Nacionalista Social Sirio, un movimiento nacionalista de derecha que aboga por la integración del Líbano en un estado de Siria ampliado. El partido estuvo aliado por un tiempo con el régimen de Assad, y los hermanos fueron parte de una división más amplia dentro de la comunidad árabe-estadounidense sobre cómo responder a la guerra civil siria.
Algunos estadounidenses árabes vieron a Assad como un baluarte contra el terrorismo, al ver a las fuerzas anti-Assad como vinculadas a los terroristas islámicos, mientras que muchos otros estaban horrorizados por décadas de gobierno autoritario y violaciones de los derechos humanos y apoyaron cualquier esfuerzo para expulsar a los Assads.
“En los Estados Unidos, hay segmentos de la diáspora siria que apoyan el régimen de Assad. Esto incluye cristianos sirios y algunos musulmanes sirios. Esa comunidad se ha movilizado de varias maneras para apoyar el régimen ”, dijo Steven Heydemann, un experto en Medio Oriente que es profesor en Smith College y miembro de la Institución no partidista Brookings. “Ver a Gabbard como alguien que podría promover su causa, (los Khawams) la trajo a Siria para enfatizar su narrativa e intentar templar la oposición de los Estados Unidos”.
El representante demócrata estadounidense Dennis Kucinich, quien recibió donaciones de campaña a lo largo de los años de los Khawams, se unió a Gabbard en el viaje. Kucinich, como Gabbard, es un demócrata convertido en independiente y un crítico desde hace mucho tiempo de la política exterior estadounidense. Los dos son aliados políticos, que han respaldado las diversas carreras para el cargo. No respondió a las llamadas en busca de comentarios, pero el viaje fue una gran controversia durante su fallido 2018 Run para el gobernador de Ohio.
Gabbard no publicitó su viaje antes de irse, y a su regreso, lo describió como una misión de “investigación”. Incluso su propio personal desconocía sus planes y luchó por reconstruir el viaje cuando comenzó a presentar los formularios de divulgación del Congreso requeridos, según a un informe del Washington Post. No reveló muchos detalles sobre lo que discutió en sus reuniones en Líbano y Siria. Bajo interrogatorio de los periodistas a su regreso, admitió que se sentó con Assad.
“Cuando surgió la oportunidad de reunirse con él, lo hice porque sentí que es importante que si profesamos realmente preocuparse por el pueblo sirio, por su sufrimiento, entonces tenemos que poder reunirnos con cualquiera que necesitemos a si existe la posibilidad de que podamos lograr la paz “, Gabbard le dijo a CNN en ese momento. En 2019, fue más allá, diciendo en una entrevista en MSNBC: “Assad no es el enemigo de los Estados Unidos porque Siria no representa una amenaza directa para los Estados Unidos”.
El itinerario oficial de Gabbard presentado tres semanas después de que regresó en un informe de divulgación al Congreso mostró dos reuniones con Assad que duró un total de dos horas, más una reunión adicional con la Primera Dama de Siria, el Ministro de Relaciones Exteriores sirio y el Embajador Sirio ante el United. Naciones. En el Líbano, también se reunió con una amplia variedad de figuras de la sociedad civil.
Para los partidarios y aliados de Gabbard, ella simplemente estaba expresando una crítica realpolitik de la prisa de los Estados Unidos para expulsar a Assad, un conflicto que temía podría llevar a otra guerra prolongada. “De ninguna manera estaba defendiendo a Assad. Ella lo ha llamado un dictador brutal ”, dijo Henning, la portavoz de Trump Transition.
Pero otros vieron su retórica como puntos de conversación para hacer eco y puestos de política en poder de los adversarios de Estados Unidos, particularmente Rusia. El Kremlin se encontraba entre los patrocinadores más fuertes de Assad en términos de apoyo político y militar. Hillary Clinton la llamó un “activo ruso” en 2019, un cargo que llevó a Gabbard a presentar una demanda por difamación contra el ex Secretario de Estado que luego fue retirado.
Más recientemente, la candidata presidencial republicana Nikki Haley llamado Gabbard Un “simpatizante chino ruso, iraní, sirio, chino”.
Los republicanos del Senado han sido más silenciados en sus críticas desde que se anunció su nominación. Sin embargo, esperan obtener algunas respuestas sobre sus discusiones con Assad, quien huyó a Rusia después de que su régimen fue derribado.
Sen James Lankford, un republicano de Oklahoma que se encuentra en el panel de inteligencia que considerará su nominación, dijo en CNN: “Tendremos muchas preguntas. Se reunió con Bashar Assad. Queremos saber cuál es el propósito y cuál fue la dirección para eso ”.
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Los escritores de Associated Press, David Klepper, en Washington, Julie Carr Smyth en Cleveland y Bassem Mroue en Líbano contribuyeron a este informe.
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